jueves

.:: Fanfic ::.

Febrero 2009


No creo que soy una buena escritora, pero bueno, en Estudios Muggles daban sus buenos puntitos por hacer una historia de un muggle enfermo, asi que me puse manos al pergamino y aqui esta lo que me salió, *ohoh* espero que a la profe le haya gustado...
No me enojo si me dices que te parecio a ti ^^



Determinada a acabar con el dolor de mi corazón roto probé cuanta poción, hechizo o encantamiento se me cruzó por enfrente, consulté afamados curanderos y brujas con muchos conocimientos en magia antigua, obteniendo como única respuesta que para curar los destrozos del amor la única alternativa es el tiempo y el olvido, pero el asunto es que yo no quería olvidar, solo que dejara de doler el agujero aquí en el pecho…

Con esta idea fija en la cabeza y una vez ya agotadas todos los recursos mágicos, me dirigí a probar mejor suerte a un hospital muggle ¿Quién sabe? Son tan ingeniosos estos infortunados que quizás con alguno de sus trucos e inventos locos hayan encontrado la solución para el mar de amor.

Aparecí justo en la entrada de servicio del hospital, pero ¡Taz! Me autozapeo al darme cuenta tarde que aun traigo puesto mi túnica verde, mire hacia los lados para fijarme si alguien me había visto y justo a mi derecha había una puerta con un letrero "Solo Personal Autorizado" por la que entré, encontrándome en una habitación llena de uniformes de medimagos muggles, me puse el primero que pillé, y salí a recorrer el hospital con mi mejor cara de "Soy inocente". En eso estaba cuando una robusta enfermera me grita "¿Así que al fin llegó, doctora Asimov?"
-¿¿Qué, qué??! -Dije mirando por mi hombro esperanzada de que fuera otra a la que llamaban-

-Ajajá, nos habían dicho que era una persona muy alegre Doctora -Me dijo la enfermera con una sonrisa en su sonrojada cara-

-Errr… este… yo…. -balbuceaba intentando inventar alguna excusa que me permitiera irme sin provocar sospechas-.

-Doctora, ya esta aquí su primer paciente -Empujándome hacia un box cercano-

-Nonono… espere, yo tengo que ir… -inventando algo- ¡Al baño! ¡Eso! -Tratando de soltarme de su fuerte brazo-
-Jajajá, otro chiste -me dirigió una sonrisa- El paciente lleva media hora esperándola, el pobre tiene mucha fiebre y pies heladísimos… -me miró con ojos de perrito perdido, pero cuando me vio dudar, me dio un empujoncito que me dejó en el pequeño box, me di la vuelta preparada para huir pero ella se me adelantó y cerró la puerta en mi nariz dejándome sola con el muggle enfermo.

Aun estaba de espaldas mirando la puerta cuando el sonido grabe de una tos me hizo girar sobre mis talones y le vi. Pobre muggle, tenía un aspecto espantoso (peor incluso que el de mi hermano Vadir al probar Infusión de Gurdyroot, algo entupido de intentar, claro, pero supongo que todos tenemos un mago "visionario" en la familia), ahora el fuerte sonido que hacia el muggle al sonarse lo mocos me hizo dejar mis recuerdos para volver a la pequeña salita blanca.

"Una razón más para salir corriendo" -pensé-

Y fue en ese momento cuando realmente lo vi, no era un muggle feo pero tampoco una gran bellaza de hombre, me dio algo de lástima su aspecto frágil y enfermo, tenia una pequeña capa de sudor cubriéndole el rostro, supuse que se trataba de la fiebre, me acerqué para poner mi mano en su frente y fue en ese momento cuando abrió los ojos y me miró un instante antes de volver a cerrarlos, fue como si me hubieran abofeteado… aquel desconocido tenia el color miel exacto al del brujo que se había llevado mi corazón y me había abandonado como una cáscara vacía.

-Sus ojos… -susurré cuando ya había tomado la decisión de ayudarlo, me acerqué a la puerta y puse el seguro- Esto me huele a una terrible gripe… además con tanta fiebre no creo que se dará cuenta de nada, espero… -hablaba en voz alta para darme valor-

- Nail! -llamé despacio a mi elfo doméstico que inmediatamente después apareció entre un sonido de ¡Crack!
-Llamaba Amita Vivi? -Me dijo con su voz de niño-

-Sí Nail, ve a casa de mi vecina Aurelia y dile si me puede dar un poco de su poción pimentónica, y me la traes aquí, regresa pronto -y desapareció tras otro crack-

Impaciente caminaba en círculos esperando que la gordita enfermera no hubiera escuchado nada, al cabo de unos minutos y un crack más Nail me entregaba la poción.

-Gracias, puedes volver a casa -le sonreí y tras una reverencia desapareció-

Con cuidado levanté la cabeza del afiebrado muggle y lentamente le di de beber la poción… todo parecía ir por buen camino hasta que comenzó a tirar humo por la cabeza.

¡Por Merlín! ¡Había olvidado ese pequeño efecto secundario! Por lo general los muggles no tiran humo por la cabeza y este al sentirse mejor comenzó asustarse por el humo que le salía por las orejas, intenté calmarlo pero sin éxito, la enfermera alertada por los gritos de terror del muggle casi tiraba la puerta golpeando para que le abriera.

-¡¡Aish, que hago!! -asustada por tanto alboroto no me quedo otra alternativa que tomar mi varita y darle un Confundus al paciente, así me fue más fácil lograr recostarlo nuevamente y le abrí la puerta a la enfermera con mi mejor cara-

-¡¿Doctora y ese humo?! -Me preguntó con los ojos como plato-

-Errr…enchufe! ¿ve? -Tocando con el pie el pequeño interruptor de la pared- ha fallado la etrecidad -Haciendo gala de mis mejores notas en estudios muggle-

-La electricidad? -Aun algo confusa-

-Sip. El paciente se encuentra mucho mejor, sólo necesita reposo, ¡Voy al baño! -y salí corriendo a lo que más dieran mis pobres pies antes de que llegara la verdadera doctora Asimov, me fui sin la solución para un corazón roto pero un poco más repuesta por haber vuelto a ver sus ojos miel.

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