domingo

Giratiempos

10 oct. 10

Hace algún tiempo atrás te conté sobre un viejito  que confundido por los años pensaba que yo usaba un giratiempo y era mi abuela  Carmen, el gran amor de su vida. Nunca tuve el valor de preguntarle al nieto  (el único pariente que le queda)  de  Aurelio si nuestros abuelos habrán sido  amantes o tan solo fueron pololos de jóvenes. ¿Qué habrá sido lo que los separó? ¿Por qué en mi familia no sabemos nada de él?
Cada vez que me topaba en la calle con el viejo me  hablaba como si yo hubiera tenido ahí el giratiempo conmigo, preguntándome  cosas de un pasado que desconozco. Siempre me asaltaba con preguntas como ¿Recuerdas ese paseo a la playa, aun conservas el collar de conchitas blanco  que te di? ¿Recuerdas Carmen, recuedas?
 La semana pasada murió mi amigo Aurelio. Como odio  los funerales. Nunca sé qué decir, donde pararme, donde mirar...  Justo unos días antes me habian ido a buscar a  casa, quería despedirse de su Carmen antes de irse. Esta vez no me dijo nada, estaba  muy mal, ¡pero Dios! Sus ojos claros decían tantas cosas, le tomé la mano, le arreglé un poco el pelo mientras le murmuraba cosas sin tener muy claro de qué  hablar. Tengo la certeza que amó a mi abuela siempre, me lo dijo alguna vez y  esa tarde me lo repitieron sus ojos. Le di un beso y con él pudo dormir.

 Amor para toda la vida, de ese que uno cree que sólo se ve en las pelis de amor, pero existe, lo sé, lo siento aquí *apuntando su corazón*

No hay comentarios: