jueves

.:: El Llanto ::.

10 de marzo de 2008


Aun no he abierto el libro para leer las reliquias, no porque no quiera, sino porque ya me he hecho la manía de releerlos todos como en maratón cada vez que sale la edición de uno nuevo. Esta vez me he demorado más de lo habitual, la vida Muggle me da mucho trabajo y mi tiempo libre cada vez es más escaso.

Aprovechando que hoy era lunes y que no viene mucha gente a molestarme a la tienda, agarré el príncipe y me propuse terminar de leerlo. El asunto es que con el libro 6 me es inevitable llegar al final sin que me asalte la pena y me salgan unos goterones de llanto como los de Hagrid.

Ya he perdido la cuenta de cuantas veces lo he leído pero no puedo pasar del capitulo 28 sin que las lagrimas me pongan difícil seguir con la lectura. Así que ahí estaba yo, llorando a lagrima tendida mientras leía esa parte de "Y aunque no fuera capaz de explicar como, supo que el fénix se había ido, se había marchado de Hogwarts para siempre, igual que Dumbledore, que se había marchado del colegio, del mundo… y había abandonado a Harry" levanto la vista para pasar al próximo capitulo y lo veo ahí, parado mirándome con cara entre pena y risa (?)
(¡Horror!) me olvidé completamente que hoy venia a retirar unos cuadros que me había encargado :S debo de haber parecido trastornada…